Hablo por mi diferencia

Formato: Serie Documental 4 capítulos
Año de Producción: 2020

Cap 1 “Protesté para que los paramilitares pagaran el servicio de peluquería y terminé desplazada”: Marcia Maldonado
El desplazamiento me trajo toda la tristeza, toda la rabia, todo el miedo del mundo, pero también me trajo la conciencia de mis derechos y de lo maltratadas que son las personas trans en la guerra y en la vida en general. Desplazada, lejos, sola, me hice consciente de mi historia, que es la historia de tantos, de tantas. Y, consciente de mi historia, me hice lideresa de la comunidad.

Cap 2 “Las Farc querían un territorio limpio de gente con VIH y de maricas”: Yovana Patiño
En la guerra, a las personas diversas nos pasan cosas parecidas a las que nos pasan en la casa, en el barrio, en la escuela y en la calle. La diferencia es que, en territorios de conflicto, el odio y la discriminación se llevan con más frecuencia a unos niveles absurdos de sevicia. Allí, en esos territorios, tenemos que vivir metidos en una mentira de vida. Para no poner en peligro la vida, fingimos que somos otra cosa, que somos “normales”.

Cap 3 “Me descubrí diferente en medio de los cultivos de coca y de las fumigaciones aéreas”: Arley Lozada

Soy campesino, hijo de raspachines, nací en una zona donde la gente es señalada de ser guerrillera. Además, soy un hombre diverso. Cuando esas condiciones se mezclan -lo digo desde mi cuerpo, desde mi historia, desde mi experiencia- la discriminación estructural se agudiza. Yo creo que no es lo mismo ser gay en una zona alejada, en medio de la coca, de la guerrilla, de los paramilitares y del Ejército, que ser gay de clase alta, en un barrio estrato seis, en una zona urbana, donde los fusiles, las fosas comunes y las balas no hacen parte del paisaje.

En mi entorno no había homosexuales o personas diversas: había cacorros y areperas. Así nos llamaban y así, también, nos criminalizaban. Ser como yo en la vereda La Libertad, en Guaviare, no sólo era visto como un pecado, sino también como un crimen.

Cap 4 “Yo me libré de salir en la lista. Ellos no se libraron de que yo saliera del closet”: Luis Sánchez
Mientras los paramilitares estuvieron en Restrepo, a nosotros nos tocaba caminar, hablar, actuar y amar como hombres-machos, meros machos. El afeminado era sometido a la pena de muerte y yo, francamente, no me quería morir.

Cuando los paras llegaron, empezaron a pegar en los postes y en las paredes las listas de los nombres y de los datos -nadie se explica cómo los conseguían- de la gente que, sí o sí, se tenía que ir del pueblo. La gente de los listados aparecía sin vida en la calle, en el parque, en las zonas transitadas de los pueblos. Generalmente les colgaban un letrero del cuello en el que explicaban por qué los mataron: “muerto por ratero”, “muerta por sapa”, “muerto por marica”, “muerto por drogo”. ¿Así quién sale del closet? Sólo salí del closet cuando los armados salieron de la vereda